Todos queremos una sociedad más pacífica, un mundo mejor. Como adultos responsables de guiar a las infancias por ese camino, nos toca pensar y repensarnos para dar, día a día, lo mejor de nosotros.
Es por ésto que les proponemos, que más allá del entorno (virtual o presencial) podamos pensar reglas de interacción para propiciar desde el comienzo, un contexto de respeto.
Procurar un entorno #pacífico donde las emociones como la alegría, el amor y la tranquilidad sean las reinantes, va a facilitar aprendizajes significativos en todos sus miembros.
Trabajar desde el primer día con nuestros alumnos rescatando el valor de las diferencias. No se trata de negarlas u ocultarlas, a las diferencias hay que rescatarlas y revalorizarlas, cargarlas de connotación positiva, para que dejen de ser “eso” que nos hace especiales, para pasar a ser lo que nos hace #únicos.
Instalar el diálogo como estrategia y contenido. Enseñar y aprender a conversar, a intercambiar opiniones, a discutir, incluso; debería ser un contenido transversal en todas las materias.
Respetar turnos, escuchar (realmente escuchar), comprender, responder, defender mi idea, convencer, respetar la idea distinta; son #habilidades que favorecen la tolerancia, la resolución de conflictos pacífica, el encuentro y la paz.
Y por último, pero no menos importante, cuidá de TU paz … porque en este punto ser modelo es esencial. Mostrarnos tranquilos, proteger nuestra paz, cuidarnos; también enseña a nuestros alumnos a trabajar por su propia paz.
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